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SÍNDROME DEL “NIÑO BURBUJA”. VUELTA AL COLE

Este verano se ha repetido lo mismo que el resto de los veranos, “niños con piojos sin salir de casa”. Entre los meses de julio y agosto se atendieron a 7.277 personas en los centros Kids and Nits  de toda España. Si quitamos los domingos, nos sale la friolera de 133,3 personas atendidas cada día. Podemos asegurar que en el 95% de los casos escuchamos eso de : ” !!!! Pero si mi hijo/a no ha estado con nadie!!!! “.

Pues bien, tenemos una buena noticia: Señoras y caballeros, madres y padres del mundo. Su hijo/a no es un ser solitario que se mete en una burbuja el 22 de junio cuando terminan las clases y sale el 11 de septiembre con el uniforme ya puesto y peinadito con la raya al lado.

En verano los niños se relacionan, puede que más que durante las clases. Salen al parque, bajan a la piscina de la urbanización, juegan a las maquinítas con el primo, ven vídeos en el móvil junto a la vecina. Todo eso sin contar campamentos, viajes o excursiones.

Y mientras los técnicos de Kids and Nits hacen los tratamientos, escuchan cómo es imposible que la niña se haya contagiado…porque acaba de llegar de Londres, por ejemplo.; cómo es imposible que la niña se haya contagiado…si sólo ha estado con la abuela.; cómo es imposible que la niña se haya contagiado…si en la playa no ha estado con nadie.

133 tratamientos diarios, durante 60 días en nuestros centros repartidos por toda España dan para acumular mucha información, muchas estadísticas, mucha casuística que, desde hace muchos años, nos ayuda a estudiar el comportamiento del piojo, las formas de contagio, o las posibilidades de que se produzca una reinfestación.

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Kids and Nits  reinvierte la práctica totalidad de sus beneficios en eso que se llama I+D+I y que no es otra cosa que aprender para mejorar y ofrecer así un mejor servicio. Y si algo hemos aprendido durante este tiempo es que le hacemos el juego al piojo si seguimos con la negación.

Lo primero que tenemos que admitir es que este parásito no es cosa de niños. Los adultos se contagian y ellos contagian. Los casos de reinfestación provienen en su mayoría del entorno cercano, puede que del núcleo familiar. Lo de “mi niño/a no ha estado con nadie” no sirve de excusa. El piojo cambia de cabeza en segundos. No necesita más.

De modo que felicítese porque si su hijo tiene piojos es porque tiene amigos o tiene familia. Vamos, que vive en el mundo. Lo otro sería tener un “niño burbuja” y eso sí que es triste y preocupante.

www.kidsandnits.com

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