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ELIMINAR PIOJOS, MITOS Y LEYENDAS URBANAS

 

 

ELIMINAR PIOJOS,

 

MITOS Y LEYENDAS URBANAS

 

 

La pediculosis es un problema sanitario y no por que sea demasiado frecuente, debe ser minimizado. La lucha contra los piojos es histórica  como hemos visto en el articulo anterior y está repleta de altibajos. Nunca ha estado especialmente controlada, pero en la actualidad, alcanza limites insospechados. Los piojos se han hecho resistentes a insecticidas que se utilizaban tradicionalmente y la solución que algunos laboratorios químicos han creído conveniente sin tener en cuenta el peligro que representa para la salud, es usar dosis hasta 100 veces mayores que 10 años atrás para conseguir los mismos resultados.

Uno de los obstáculos que presenta la lucha contra los piojos es que en los últimos años se han hecho mucho más resistentes a los tóxicos que antes los mataban. Esto sucede por una cuestión de herencia: los piojos que se hacen resistentes a determinado producto transmiten genéticamente esa resistencia a sus descendientes.

En los últimos años, la permetrina, que durante años fue eficaz contra el tratamiento de la pediculosis entró en la lista de productos en los que es necesario incrementar fuertemente la dosis para obtener resultados.

Cuando descubrimos la existencia de piojos, a lo primero que recurrimos es a la histeria en lugar de al sentido común. Primero “tecleamos” y digo bien, “tecleamos” la palabra “piojos” en internet, porque no nos atrevemos ni a pronunciarla. Si algún osado la pronuncia, ya no solo le pica la cabeza, le pica todo y si el osado además es muy muy valiente y se lo cuenta a alguien,  el contertulio entra en trance y empieza a rascarse y a separarse de su interlocutor inconscientemente ( o no ), sin tener en cuenta que cabe la posibilidad de haber sido él, quien lo haya contagiado.
Internet arroja la nada despreciable cantidad de 5.210.000 resultados a la palabra piojo, esto si que es un problema, porque a medida que vamos leyendo, la histeria se convierte en una verdadera guerra. Y es aquí cuando nos volvemos locos, pasamos de tener piojos sin más a ser cobayas humanas. 

La cantidad de disparates que se lee en la red, para acabar con los piojos, no tiene precio, pero esto no es lo peor, es que no me cabe duda que ha habido quien lo haya probado. Las que son inocuas para la salud, tienen un pase, pero hay a quien solo le ha faltado usar ácido sulfúrico,  que lo habría achicharrado y conducido directamente al cementerio…, pero habría acabado con los piojos.


Dejemos la histeria y usemos el sentido común. Para empezar, combatamos el primer prejuicio, 
CONTAGIARSE NO ES SINÓNIMO DE FALTA DE HIGIENE, FUERA TABÚES..!!

Ante la certeza de tener piojos, hemos de normalizar el problema, comprometámonos con la eliminación o dejaremos la puerta abierta a que el problema se perpetúe.
  • 1º Mito: Los piojos NO SABEN LEER:
No miran el D.N.I, ni la cuenta corriente, no van a pobres más que a ricos, ni a niños de 5 años, más que a jóvenes de 19 años, ni a madres de 30 años, más que a padres de 40 años, ni a cabellos rubios (con o sin mechas), más que a morenos. Los piojos quieren una cabeza con pelo, para vivir plácidamente. Naturalmente, existe mayor riesgo de contagio donde se produce el hacinamiento de personas, es por ello que los mayores grados de infestación se producen en las aulas, pero no hay un limite de edad, igual de fácil es contagiarse en un aula de preescolar que en una de 2º de derecho.
  • 2º Mito: Los piojos NO SALTAN NI VUELAN: El contagio se produce juntando cabezas, un abrazo “inoportuno”, ver una película cabeza con cabeza, leer el libro a medias,compartir el juego de la  consola…..                       
    

Los piojos pueden vivir fuera de una cabeza hasta 24 horas. Así que pueden propagarse a través de cojines, almohadas, sillones, etc.

  • 3º Mito: Los animales no contagian piojos, ni nosotros podemos contagiarlo a ellos.JAMAS Y BAJO NINGÚN CONCEPTO debemos usar productos que no fueron desarrollados para uso humano, tales como los aerosoles insecticidas, las pipetas de uso veterinario (lociones antiparasitarias o champús para mascotas), el keroseno -que al penetrar a través de la piel puede producir daños hepáticos- o cualquier remedio casero del tipo de los que mezclan alcohol con hierbas.

 

 
  • 4º Mito: Los piojos son resistentes al agua, por lo que podrían contagiarse en una piscina.
  • 5º Mitos: Las liendres no se contagian. Solo los piojos.
  • 6º Mitos: No pica la mordedura ni los “paseitos por nuestro cuero cabelludo” de los piojos. El piojo para comer, inyecta saliva con una sustancia anti-coagulante y altamente urticante, es esto lo que nos pica.
Por ultimo, usar mayonesa, aceites varios, vinagres en todas sus modalidades, nos puede dejar el pelo como poco grasiento y oleremos a ensalada, pero nuestros piojos, seguirán tranquilamente en nuestra cabeza. 
 
 
 
 

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