SIEMPRE HAY UNA PRIMERA VEZ
SIEMPRE HAY UNA PRIMERA VEZ
Por Leonor Iscar, técnico profesional experto en pediculosis de Kids&Nits
Siempre hay una primera vez. Esa que no se olvida nunca; ¿quién de nosotros no se acuerda de la primera vez que cogimos un coche? De su primer día de colegio? De las primeras palabras de nuestros hijos? Y de la primera vez que entraron los piojos en nuestras vidas? quizás no recuerden la segunda o las siguientes pero si esa primera vez, seguro. Pues bien, nosotros hemos podido comprobar en nuestros centros especializados en la eliminación de la pediculosis, que esa primera vez a veces ocasiona un verdadero drama y deja a los padres en un estado próximo al shock emocional.
No es raro encontrarnos con unos padres que acuden a nosotros angustiados, tras haber visitado al dermatólogo con la idea de que su hija/o tendría una dermatitis o cualquier otro tipo de problema capilar, pero que jamás podrían imaginar que se trataba de una invasión masiva de piojos, algo que parece que nos retrotrae a los años cuarenta, o casi.
Son padres que, por sus ocupaciones profesionales y horarios, lo último en lo que piensan al llegar a casa es en mirar la cabeza de sus hijos después de haber controlado deberes, carteras y ropas para el día siguiente.
Y es ahí donde verdaderamente comienza un calvario emocional para los padres, que deben enfrentarse a un problema del que tan solo habían oído hablar cuando les ocurría a los demás; algo totalmente nuevo para ellos, que abordan con un enorme sentimiento de culpa cuando se dan cuenta de que su hija/o ha estado días quizás semanas e incluso meses con estos inquilinos no deseados en sus cabecitas sin darse cuenta.
Es de todos sabido que hoy en día las infestaciones son mayores y más numerosas que años atrás debido a diversos factores tales como: cambio de hábitos y costumbres, nuevas tecnologías (móviles, tabletas, etc….) resistencia del piojo a los pediculicidas habituales y a las sustancias farmacéuticas tradicionales para tratarlas….
En Kids & Nits comenzamos por aportar tranquilidad (que no es poco!) a esos padres; hablando con ellos,
mientras realizamos el tratamiento a su hija/o y explicándoles cómo reaccionar, que deben hacer, los consejos para el post-tratamiento y lo más importante: que se vayan de nuestros centros con la sensación de haber acabado con un problema serio pero no gravísimo; menor y de fácil solución tras haber confiado en nosotros. Sólo se se teme lo que se desconoce; la información, y en nuestros centros somos altamente conscientes de ello, es un primer paso para la curación.