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EL PIOJO DESPUÉS DE CRISTO

Piojos hubo antes de Cristo, hay después de Cristo y me temo que no nos libramos de ellos en los siglos venideros. En el post anterior – publicado en este mismo blog de Kids and Nits y adiós piojitos, os contamos como los piojos se hicieron inseparables de los humanos y en este post, repasamos qué ha sido de este parásito en nuestra era. Descubriremos si hemos avanzado mucho, o no.

Si habéis pasado por alguno de nuestros centros especializados en eliminar piojos y liendres sabréis que sólo recomendamos productos preventivos naturales, formulados con aceites esenciales para prevenir el contagio de estos bichitos. Fué en la armada de Nerón cuando se empiezan a usar los aceites esenciales, en concreto, el aceite de cedro libanés, así comprobamos que los llamados “remedios de la abuela”, vienen en realidad de hace “unas cuántas abuelas”

Por suerte, no todos los remedios que se ponían en práctica entonces,  han llegado hasta nuestros días. Cayeron en el olvido los que optaron por la grasa de perro, por comer serpiente hervida o por ingerir directamente venenos alcaloides que, no sabemos si mataban al piojo, pero que al portador de los mismos, lo dejaba sin hígado.

Había, hay y habrá piojos

Fue el pionero de la globalización, Marco Polo, quien trajo a Europa desde China, los piretroides para plantarle cara a los piojos. En la mitad del siglo XIX, los piojos ya eran una auténtica plaga en las escuelas y se comienza a usar polvo de mercurio aplicado sobre la nuca. Si esto os parece mucho, bastará que pase la Guerra Civil americana para llegar al uso del queroseno y se extendió la recomendación de impregnar la cabeza durante 10 horas con petróleo para terminar con el piojo. Después había que pasar un “peine fino”, de lo que se deduce que, ni entonces ni ahora, nos hemos librado de la lendrera.

El anecdotario del piojo está plagado de historias como aquellas que relatan cómo la elección del alcalde se hacía soltando un piojo entre dos candidatos barbudos y nombrando a quien el insecto quisiera elegir. O que el hombre más varonil de la aldea era aquel que tenía la barba con mayor número de piojos.

El uso del sombrero también se asocia a la infestación por piojos. Este accesorio de moda no se quitaba en la mesa si la infestación era tal que el bicho podía caer a la comida. Y no nos podemos olvidar de las pelucas. Si el perfume se inventa en Francia como camuflaje para el mal olor corporal, las fabulosas pelucas de la corte no son más que para que no se vieran los piojos o las cabezas rapadas, siguiendo el ejemplo de los egipcios, para luchar contra las infestaciones.

Pero lo que nos demuestra la historia reciente es que desde comienzos del siglo XX, tanto la piretrina, como la dimeticona o el lindano han dado más problemas que soluciones a lo largo de la historia. Gran Bretaña, Australia, EEUU, Argentina, República Checa o Israel han reportado desde hace mucho la resistencia del piojo a los químicos.

Pero terminamos el post en tono positivo, la ciencia también ha ido avanzando en la lucha contra los piojos (a pasos más pequeños que en otros sectores), Actualmente existen dispositivos profesionales, que son los que utilizamos en nuestros centros especializados en la eliminación de los piojos y las liendres. Estas máquinas, combinadas con protocolos de eliminación de piojos y liendres que nuestros especialistas llevan a cabo, resuelven el problema en una sesión, de forma completamente natural e inocua.

Ven a vernos.

Susana Martín Herrero

Especialista de Kids and Nits

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