DIAGNOSTICAN PIOJOS A MI HIJA

En los colegios diagnostican piojos. Hace pocos días tuvimos el caso de una madre desesperada que nos contaba que había recibido una llamada del colegio de su hija.

-Disculpe, le dijeron, pero hemos encontrado un piojo vivo en la cabeza de su hija. 

-Oh no, contestó.

El colegio sabía que estaba haciendo un tratamiento para los piojos, porque había avisado.

-¿Sólo uno?

-Sí, solo uno. Hemos mirado a ver si encontrábamos más pero no hemos visto nada. 

-Muchas gracias, contestó, esta noche seguiremos con el tratamiento.

Colgó y siguió trabajando. Al cabo de un rato, el teléfono sonó otra vez. 

-Perdone, le dijo la misma voz educadamente. ¿Va a tardar mucho en venir a buscar a la niña?

-Eh, no, bueno….

 

No sabía qué contestar, no se le había ocurrido que un piojo fuera motivo para llevarse a la niña del colegio.

 Estaba equivocada claro, muy equivocada. Resulta que en el colegio existían unos protocolos que decían que al menor signo de piojos, el niño no iba al colegio.

Fue un poco embarazoso para ella pedirle permiso a su jefe para ir a recoger a la niña al cole por ese motivo.  

Su odisea con los piojos, nos contaba, duró un año escolar entero por varias razones: no ser constantes, usó tratamientos a los que los piojos se han hecho resistentes, la gran cantidad de dinero que tienes que gastar en esos productos para poder hacer el tratamiento a toda la familia, etc….

 Aunque lo más probable, nos decía ha debido ser que  me dejara una liendre o bien en mi hija o en mi misma y el ciclo de vida del piojo haya comenzado otra vez.

Su relación con los piojos fue horrorosa hasta que conoció a Kids & Nits. Esta madre, que había estado todo un curso escolar con la niña infestada vio cómo en sólo 60 minutos le habíamos quitado el problema que había tenido durante 9 meses. Y lo mejor de todo, su niña fue al colegio con un certificado de haber sido tratada en nuestro centro el cual garantiza que estaba limpia de piojos y liendres al 100%. 

Para ella ha supuesto toda una liberación y para nosotros una nueva satisfacción.

 Por Esther Tello