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EL PIOJO ANTES DE CRISTO

Si algo ha quedado comprobado a través de la historia del piojo es su gran capacidad de adaptación al medio. Sus posibilidades de mutar y de ir adecuándose a las condiciones ambientales para permanecer entre nosotros miles y miles de años.

Que el piojo es tan viejo como el hombre es algo conocido y documentado. Es más, su genética nos dice que cinco millones de años antes de Cristo el piojo del gorila mutó para adaptarse a los homínidos. O incluso que la distinción entre el homo sapiens y el homo erectus dio también lugar a dos tipos diferentes de piojos.

La ciencia ha logrado acreditar las mutaciones  a través de las cuales el piojo ha ido evolucionando y que han dado lugar a que, a día de hoy, existan más de 3000 especies diferentes documentadas, siendo el piojo del hombre (pediculus humanus) sólo uno más.

Si nos ponemos a bucear en la historia encontramos datos muy curiosos que nos demuestran lo poco que hemos avanzando en millones de años respecto a la lucha contra las infestaciones con piojos.

Basta decir que  hay momias del antiguo Egipto que han aparecido con liendres en sus cabezas y que datan del año 5000 a. C.  Junto a ellas se han encontrado unos peines finos que debieron ser las primeras lendreras. El método pues, sigue siendo el mismo, miles de años después.

 

Piojos históricos

 

La historia nos demuestra por tanto que estamos ante una lucha tan antigua como la propia humanidad. El hombre ha probado todos los remedios, algunos ciertamente inverosímiles, para acabar con este bichito.Aún así, estas “liendres egipcias” no son las más antiguas que conocemos. En unas cuevas de Israel han aparecido cadáveres del neolítico ( 7000 a. C ) en cuyas calaveras hay pegadas liendres. El primer piojo adulto que se ha encontrado fosilizado tiene mil años más.

Papiros del 1.536 a.C recomiendan “masticar carne caliente y agua y escupirla sobre la piel para ahuyentar moscas y piojos “. Desconocemos el resultado, aunque quizá sea ésta una de esas ocasiones en las que es peor el remedio que la enfermedad. Los chinos ( 1.200 a.C) usaban mercurio y arsénico para terminar con las plagas; Herodoto habla de cómo los egipcios se rapaban incluso pestañas y cejas y Aristóteles habla de cómo los piojos “… se alimentan de los jugos humanos…”.

Habrá que llegar hasta la armada de Nerón para encontrar los primeros pediculicidas farmacéuticos que serán los primeros aceites esenciales que se usen para tratar los piojos, pero con eso ya entramos en nuestra era…y esa historia, la dejamos para otro día.

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